viernes, 21 de diciembre de 2012

¿Papá Noel o Niño Jesús?


Leonardo Boff

By deramaenrama [CC-BY-2.0
(http://creativecommons.org/licenses/by/2.0)],
 via Wikimedia Commons
Como tengo barba larga y cabello blanco, muchos niños me ven y me llaman Papá Noel. Yo les explico, sin convencerlos, que sólo soy hermano de Papá Noel. Y que mi función es mirar por los niños, observar si estudian bien, si tratan bien a sus compañeritos y si escuchan los buenos consejos de sus padres. Les digo que, después, se lo cuento todo a Papá Noel, y que él en Navidad va a traerles lindos regalos. Uno de esos días, uno me siguió curioso y cuando me vio entrar en el automóvil corrió hacia su padre y le dijo: «Papá, Papá Noel no vino en trineo; vino en carro».

Este es un tipo de Navidad con su correspondiente imaginario. Papá Noel es una figura del mercado. Es el viejito bueno que trata de seducir a los niños para que sus padres les compren regalos. El recuerdo de que él representa a san Nicolás, que también traía regalos, desapareció, para dar paso a la figura infantilizada del vejete bonachón que saca sorpresas del saco, que antes fueron compradas y puestas allí dentro.


Hacer renacer la Navidad


Frei Betto

By Hedandi (Own work) [GFDL
 (http://www.gnu.org/copyleft/fdl.html)
 or CC-BY-SA-3.0-2.5-2.0-1.0
 (http://creativecommons.org/licenses/by-sa/3.0)],
 via Wikimedia Commons
En esta Navidad no quiero ese pavoroso intercambio de productos entre manos que no se abren en solidaridad, con pasión y cariño sin vergüenza. Quiero al Niño libre en lo más íntimo de mí mismo, sembrando ternura en todos los espacios en que las piedras sofocan a las flores.

En esta Navidad no me interesan las oscilaciones de los índices financieros, ni las promesas viciadas de los políticos, ni las tarjetas postales impresas a granel, llenas de colorido y carentes de originalidad. Quiero las evocaciones más tiernas: el olor del café colado en la mañana por mi abuela, el sonido de la campana de la iglesia, el radio Philco pregonando el jabón Eucalol mientras mi padre me miraba saltar por el patio.

No quiero las amarguras familiares que se guardan como polvo en los dobleces del alma, ni las envidias que me alienan de mí mismo, ni las ambiciones que me vuelven triste como las gallinas, que tienen alas y no vuelan. Quiero las rodillas dobladas en el atrio de la iglesia, la cabeza inclinada ante el Trascendente, la perplejidad de José ante la preñez imprevista de María.

jueves, 20 de diciembre de 2012

Esta hora nueva


Jorge Debravo


Hoy no es día de sentarse de espaldas a la vida,
con las manos en cruz y un Jesucristo amargo en las rodillas.


Hoy no es día de enclaustrarse en conventos mohosos
ni de cantar canciones de novia abandonada.
Hoy no es día de ponerse a sumar amoríos
y a inventariar los sueños y tristezas viejas.


Here it comes the spring!   //  Aquí llega la primavera!
Hoy es día de correr, con los brazos en alto,
a trabajar la tierra más feraz y más ancha
y sembrar las semillas de la vida.


Hoy es día de hacer campo para cada muchacho,
para cada muchacha, para cada hombre joven, sudoroso.


Hoy es día de aserrar millones de cadenas
y día de buscar panes para nutrir hambrientos.


Que los templos se caigan a solas aplastados
por su propia vejez y fiel condición
de plantas anticuadas,
Que el sacerdote hable, predique en media tierra,
luche al lado del joven, del anciano, del niño.

La Navidad como Contextualización


Reflexiones sobre el Prólogo del Cuarto Evangelio (Juan 1:1-18)
Juan Stam

Por Marshmir (Trabajo propio) [CC-BY-SA-3.0
 (http://creativecommons.org/licenses/by-sa/3.0)], undefined
Ningún texto del Nuevo Testamento capta la maravilla de la Navidad mejor que el prólogo del cuarto evangelio: "El Logos (la Palabra) era Dios... y aquel Logos fue hecho carne, y habitó entre nosotros" (Jn 1:1,14). ¿Puede haber una expresión más hermosa, y a la vez más profunda, del significado del nacimiento del Hijo de Dios como hijo de María e "hijo de hombre"?

Extraña mucho la identificación de Cristo como "el Logos" en el prólogo de un libro en cuyas páginas nunca se vuelve a llamar por ese título, y más porque Jesús mismo, según los evangelios, nunca se llamaba así. Nos sorprende también que este evangelio mismo no elabora la verdad tan importante del "hacerse carne" del Hijo eterno. El cuarto evangelio se conoce como el evangelio que más afirma la deidad de Cristo, pero no tanto su humanidad física (su "carnalidad" material).

LA NUEVA CREACION “¡El mundo va a terminar! ¡Arrepiéntete!”


Dr. Juan Stam

By Miguel de Santiago (Escuela Quiteña)
[Public domain], via Wikimedia Commons
Nuestra primera reacción al oír esa frase puede ser de duda o extrañeza, porque nos suena anticientífica. Algunos creyentes cristianos que aceptan casi toda la enseñanza cristiana abrigan, sin embargo, serias dudas sobre eso de “el fin del mundo” y muchos teólogos también prefieren evadir el tema. La impresión general es que en nuestro mundo moderno, tales ideas tienen más de mito que de ciencia. No obstante, aunque muchos no se dan cuenta, las últimas conclusiones científicas están de acuerdo con la enseñanza bíblica en este tema: nuestro mundo tuvo principio y seguramente tendrá fin.

La primera evidencia en que se basa este consenso científico hoy es la segunda ley de la termodinámica.(1) En términos sencillos, esta ley indica que la energía de nuestro sistema solar va neutralizándose y al final va a quedar en lo que llaman entropía, en que toda la energía queda gastada o cancelada. Eso significa que en algún momento el mundo tuvo comienzo (lo que muchos llaman “el big bang”), ya que no se le pueden meter nuevas energías al universo. Es como cuando uno da cuerda a su reloj (de los viejos relojes, no digitales) pero no podrá nunca volver a darle más cuerda. Si todavía anda el reloj, se sabe que tuvo un principio y un tiempo finito de andar (si no, ya hubiera perdido toda la cuerda) y que va a tener fin (porque su cuerda se va perdiendo y no puede durar para siempre). Sobre esa base, las leyes de la termodinámica aun permiten estimar cuántos millones de años trae el mundo
ya de existir y cuántos le quedan de vida.

El Dios que quiso ser bebé

(Una meditación navideña)
Juan Stam


By Koppchen (Own work) [CC-BY-3.0
 (http://creativecommons.org/licenses/by/3.0)],
via Wikimedia Commons
Para los que creemos profundamente en la deidad de Jesucristo y estamos convencidos de que él era (y es) Dios, nos resulta algo difícil reconocer también su plena humanidad. La primera herejía cristológica, que el Nuevo Testamento asocia con el Anticristo, es la de negar que Jesucristo ha venido en carne (1 Jn 4:3; 2 Jn 7). Aunque nos pueda parecer muy espiritual y santo exagerar exclusivamente el carácter divino de Jesús y minimizar o negar su humanidad, y muchos tenemos algo de esa tendencia, de hecho es un error gravísimo. El Nuevo Testamento enseña que Jesús es tan Dios como el Padre, pero también tan humano como cualquier de nosotros. De hecho, más humano, porque no tenía nada del pecado que nos deshumaniza a nosotros.

Cuando Juan 1:14 declara que "el Verbo fue hecho carne", al escoger la palabra "carne" enseña en una forma muy enfática la plena identificación de Cristo con nuestra humanidad. El término "carne" sugiere nuestra debilidad como seres humanos, nuestra vulnerabilidad y aun nuestra inclinación hacia el pecado. Y esa es la naturaleza humana que el Verbo eterno quiso asumir al nacer entre nosotros. No nació con alguna naturaleza humana privilegiada, inmune a la tentación y las angustias de nuestra vida humana, como una especie de "Superman" o ángel divino que sólo aparentaba ser humano. Él era realmente humano, era "carne".

miércoles, 17 de octubre de 2012

Chito

Por Ronald Álex Gamarra Herrera.

Alejandro Cussianovich "Chito"
Hay un hombre que a lo largo de las muchas décadas de su vida, ha permanecido leal a sus convicciones y a una profunda vocación de servicio a los que nada tienen, con la idea de contribuir a una sociedad mejor. Un utópico, se diría en el mundo pragmático y oportunista de hoy. Un excéntrico, dirían los que miden el valor de una vida por el éxito y el poder obtenidos. Un loquito, dirían al saber que no acumuló riqueza ni comodidad personal.

Ese hombre cargado de años ha conservado el espíritu “joven para siempre”, como quería Bob Dylan en una canción memorable. No lo han abandonado la ilusión ni el optimismo, ni el ímpetu, ni la tenacidad. A una edad en la que uno espera merecer deferencia y elogios por el camino recorrido, él sigue buscando desafíos, proyectos, tareas. En su caso, la madurez tiene el impulso de un eterno adolescente.

martes, 16 de octubre de 2012

Concilio Vaticano II (1962-1965): una valoración protestante


Por Carmelo Álvarez


A la memoria de José Míguez Bonino, por su discernimiento y sabiduría.
Hoy se cumplen 50 años del inicio del llamado Concilio Ecuménico Vaticano II. La visión del Papa Juan XXIII y su insistencia en llevarlo a cabo tuvo un impacto histórico que todavía nos desafía. La sabiduría de proponer un “aggiornamento”, la puesta al día de la iglesia con los tiempos cruciales y llenos de interrogantes del siglo XX fue un gran acierto.
Me gustaría comentar brevemente en este escrito cuatro dimensiones sobre el impacto de este gran evento ecuménico en Latinoamérica y el Caribe: el contexto histórico de aquella década tan convulsionada y agitada, el impacto bíblico-teológico de este Concilio Ecuménico en la teología latinoamericana de la liberación y en todo el cristianismo, el impacto en movimientos ecuménicos de inspiración protestante y la fundación de dos entidades muy prominentes en el escenario eclesiológico latinoamericano y caribeño:  la fundación de la Fraternidad Teológica Latinoamericana y la fundación del Consejo Latinoamericano de Iglesias.

viernes, 12 de octubre de 2012

Entrevista a Plutarco Bonilla

Las entrevistas de Víctor Rey.
Plutarco Bonilla
Plutarco Bonilla nació en Las Palmas de Gran Canaria (España). Realizó sus estudios en el Seminario Bíblico Latinoamericano (Costa Rica), en la Universidad de Costa Rica, en Princeton Theological Seminary. También realizó estudios de posgrado en Universidad de Atenas y en la Universidad Complutense de Madrid. Ha ejercido un dilatado trabajo docente y de dirección en la Escuela de Preparación de Obreros Metodistas, en el Seminario Bíblico Latinoamericano y en la Escuela de Estudios Generales y en la Escuela de Filosofía: Universidad de Costa Rica. Es miembro de la Iglesia Evangélica Metodista de Costa Rica.

 ¿Nos podría contar algo acerca de su vida?

Cuando nací mi padre no era evangélico, pero se convirtió cuando yo era un niño muy pequeño. Entonces puedo decir que me crié en las bancas de la iglesia.  Una iglesia independiente en las Islas Canarias. Exactamente en la Isla de Gran Canaria.  Y la iglesia a la que yo pertenecía, era la de  Los hermanos, conocidos como Hermanos de Plymouth, unos ingleses llegaban a trabajar a las Islas Canarias, que ha sido siempre un puerto importante. Ellos comenzaron allí una obra que fue creciendo y multiplicándose hasta hoy. La iglesia nunca se identificó como Iglesia de Los hermanos. Simplemente se estableció la iglesia y todos éramos hermanos. Luego recibieron misioneros de otras corrientes evangélicas y ahora es una iglesia independiente, miembro de la Federación de Iglesias Independientes de España,  la llamada  Fieide. Yo me convertí siendo muy joven y me eduqué en la iglesia. De hecho, uno de los recuerdos más lejanos que tengo es él quedarme dormido en las faldas de mi madre en los cultos de oración de la iglesia.

La condición religiosa de Miguel de Unamuno

Por  Máximo García Ruiz

Miguel de Unamuno 1925Como lector devoto de Unamuno, afición que se remonta a mis años de adolescencia, subyugado especialmente por su San Manuel Bueno, mártir y Vida de don Quijote y Sancho, por mencionar las dos obras que mayor impacto me produjeron y sobre las que he vuelto y vuelvo con cierta frecuencia, no dejan de extrañarme ciertas afirmaciones que aun en nuestros días continúan vertiéndose acerca de la condición religiosa del escritor y filósofo español, tanto si se planeta desde una perspectiva católica como protestante.
Yo mismo he dejado dicho y escrito en alguna conferencia y publicación lo siguiente: “Su aproximación [la de Unamuno] al  protestantismo fue intensa y agitada, si se quiere muy próxima a lo que podríamos considerar como una conversión. Es de suponer que de haber vivido en otro contexto en el que ser protestante no hubiera supuesto un estigma tan lacerante, habría habido muchas posibilidades de que Unamuno terminara formalmente identificado con alguna de las iglesias protestantes”. Sin desdecirme en absoluto de lo dicho, sí debo matizar, como veremos más adelante, que la inestabilidad religiosa y emocional de Miguel de Unamuno difícilmente le hubiera permitido identificarse con la eclesiología protestante, aunque sí tal vez con una buena parte de su teología, como sin duda alguna ocurrió, si hacemos caso de sus propias manifestaciones.
Es evidente que Unamuno no solamente conocía extensamente el pensamiento teológico protestante más avanzado de la época, sino que era un asiduo lector y exegeta de los Evangelios. Lo que resulta más dudoso, siguiendo su obra, es que fuera un hombre de fe, tal y como esta idea pudiera ser definida desde la práctica eclesial de la Reforma; es decir, una fe serena, confiada.

Venezuela consolida su democracia

Ha culminado un proceso electoral presidencial en Venezuela, en un ambiente de concordia y paz. Ello es de por sí altamente positivo. En los últimos meses hubo una materia de opinión mediática internacional que promovió la idea de un desenlace violento de confrontación entre la oposición liderada por el candidato presidencial Henrique Capriles Radonski y el actual presidente Hugo Chávez Frías. Afortunadamente el pueblo venezolano demostró no sólo una gran madurez política, sino una compostura cívica digna de ser emulada por otras naciones.
Al que esto escribe le correspondió actuar como Observador Electoral Internacional, desplegado aquí en Maracaibo, Venezuela. Mi experiencia personal y el envolvimiento como observador incluyó la supervisión de mesas electorales, las conversaciones informales con las y los votantes en las colas de votación y aguardar los resultados de la votación.
La supervisión en la escuela Negra Hipólita aquí en la Parroquia Domitila Flores se inició muy temprano en la mañana. Fui recibido por la presidenta de dicho centro de votación quien luego de revisar mis credenciales me dio una cordial bienvenida. Pude observar cada detalle del proceso de votación propiamente. Cada votante aguarda su turno con cédula de identidad en mano. Procede inicialmente a corroborar con la “capta huellas”, dispositivo que certifica y comprueba la huella dactilar.  Una vez autorizado el elector o electora procede a la computadora que contiene las fotos de los candidatos y candidatas. Al oprimir su preferencia el votante observa la imagen de su escogencia en la pantalla, y procede a votar. La máquina de votación imprime un recibo de votación en que el o la votante verifica que ha votado. Entonces, se procede a depositar el recibo en la urna. Finalmente, se firma junto con la huella dactilar y el número de cédula la verificación de que se ha votado, procediendo a impregnar el dedo pulgar con tinta indeleble. El proceso es transparente y rápido, y sumamente confiable.